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martes, 12 de mayo de 2015

CONTEXTUALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO DEL AUTOR



El niño con el pijama de rayas


La historia se centra en la vida de dos niños, BRUNO Y SHMUEL, ambos con la edad de 9 años, quienes con el transcurso del tiempo en que se van conociendo se percatan de lo que sucede a su alrededor, dejando de lado la inocencia que los caracteriza y asimismo dando pauta para descubrir su realidad social.

Capitulo 1

El descubrimiento de Bruno

Una tarde Bruno llego de la escuela y se llevo una sorpresa al ver que María, la criada de la familia, estaba en su dormitorio sacando todas sus cosas del armario y metiéndolas en cajas de madera.

-¿Qué haces? -le pregunto con toda la educación de que fue capaz, aunque no le hizo ninguna gracia encontrarla revolviendo las cosas, su madre siempre le recordaba que tenía que tratarla con respeto. María sacudió la cabeza y señalo la cabeza, donde acababa de aparecer la madre del niño. Era una mujer alta y de  largo cabello pelirroja; se retorció las manos nerviosa como si hubiera algo que le hubiese gustado no tener que decir, o algo que le habría gustado no tener que creer.

Para que ellos hablaran Bruno se volvió y bajo la escalera a toda prisa, adelantando a su madre de modo que ya la esperaba en el comedor cuando ella llego. La observo un momento en silencio y pensó que aquella mañana se había aplicado mal el maquillaje porque tenía el borde de los parpados mas rojos de lo habitual.

-Mira hijo, no tienes que preocuparte. Ya verás que vas a vivir una gran aventura. Nos vamos todos, tú, Gretel, tu padre y yo-. Bruno arrugo la nariz, pero le pareció un poco injusto que todos tuvieran que irse.- Pero ¿a dónde?-. Pregunto Bruno.- a donde nos vamos? ¿Por qué no podemos quedarnos aquí?-. –Es por el trabajo de tu padre, ya sabes lo importante que es verdad?.- Le dijo su mama. Bruno asintió con la cabeza y se alejo cabizbajo. Subió despacio la escalera, sujetándose de la barandilla con una mano mientras se preguntaba si en la casa nueva de aquel sitio nuevo donde estaba el trabajo nuevo de padre  habría una barandilla tan fabulosa como aquella para deslizarse.

Comentario: Se muestra como el cambio de la vida de protagonista, por el acenso de su padre y a su vez como el régimen nazi cambio tantas vidas dentro de su misma población creyendo según su ideología que era para un bien.



Capitulo 2

La casa nueva

Cuando vio su casa nueva por primera vez, Bruno abrió los ojos desmesuradamente, sus labios formaron una O y los brazos se le extendieron hacia los lados. Era todo lo contrario de su antigua casa y no podía creer que de verdad fueran a vivir allí.

La casa de Berlín era enorme y pese a que Bruno había vivido 9 años en ella, todavía encontraba rincones y recovecos que no había explorado a fondo. Alrededor de la casa de Berlín había otras calles con grandes casas, y cuando caminabas hacia el centro de la cuidad siempre encontrabas personas que paseaban y se paraban para charlar un momento y personas que paseaban con prisa y decían que no tenían tiempo de pararse. Pero alrededor de la casa nueva no había otras calles ni nadie paseándose tranquilamente ni caminando con prisa,. Cuando cerraba los ojos solo notaba vacio y frio alrededor, como si se hallara en el lugar más solitario del planeta, era como el fondo de la nada.

-este no es mi hogar y nunca lo será- mascullo al entrar en su habitación y encontrar toda su ropa esparcida por la cama y las cajas de juguetes y libros todavía por vaciar.

Entonces se oyó un chirrido proveniente del pasillo , Bruno se asomo y vio como se abría un poco la puerta de la habitación de madre y padre. Se quedo paralizado, madre seguía abajo, lo cual significaba que padre estaba allí y que quizá oyera lo que Bruno acaba de decir. Se quedo mirando la puerta, casi sin atreverse a mirar. Temiendo que padre saliera de repente para llevárselo abajo y leerle la cartilla. No era padre, era un hombre mucho más joven y más bajo que padre aunque vestía un traje como el de padre, solo que sin tantos adornos. Estaba muy serio y llevaba la gorra firmemente calada. Lo miro de arriba abajo como si fuera la primera vez que veía a un niño y no estuviera muy seguro de que hacer con él.

Bruno hecho un vistazo al dormitorio intentando descubrir algo interesante, no había nada o al menos eso parecía, pero entonces le llamo la atención una cosa, en el lado opuesto al de la puerta había una ventana que arrancaba del techo y se prolongaba a lo largo de la pared. Se acerco poco a poco con la esperanza de divisar Berlín y su casa y las calles aledañas. Pego la cara al cristal y vio lo que había afuera y esta vez, sus ojos e abrieron desmesuradamente y sus labios formaron una O, sus manos permanecieron pegadas a los lados porque algo le hizo sentir un frio y un temor muy intenso.

Comentario: Cuando llegan a su nueva residencia, los niños desconocían que se trataba de un campo de concentración a su vez se muestra el control ejercido hacia la criada de la casa que siendo aria el padre de los niños la trata mal.

Capitulo 3

La tonta de remate

Bruno estaba seguro de que había sido mejor dejar a Gretel en Berlín cuidando la casa, porque solo daba problemas. Su hermana era tres años mayor que Bruno y desde que la tenía uso de razón le había dejado muy claro que en lo relativo a los asuntos del mundo quien mandaba era ella.

Gretel tenía unas costumbres muy desagradables, para empezar se entretenía demasiado en el cuarto de baño por las mañanas, tenía una vasta colección de muñecas en los estantes que cubrían las paredes de su habitación, además tenía unas amigas muy antipáticas que por lo visto pensabas que era muy divertido burlarse de él, pero él jamás habría permitido algo así si hubiera sido tres años mayor que su hermana.

Bruno miro ende redor, en la habitación de Gretel también había una ventana pero como estaba en el otro lado del pasillo frente a la habitación de el, la ventaba daba a la dirección opuesta.

Bruno sonrió y le indico que lo acompañara, ella resoplo y siguió a su hermano, fue a dejar la muñeca en la cama pero se lo pensó mejor y la abrazo con fuerza, al entrar en el dormitorio de Bruno le dijo –mira los niños que están ahí afuera-. Mirando por la ventana estaba absorto observando a los niños. Gretel se había detenido en el umbral, se moría de ganas de mirar también, pero algo en el tono de Bruno y en el modo como miraba la puso nerviosa.

Comentario: claramente se los recuerdos de los niños de su vida en Berlín, asi como extrañaba a sus amigos, le daba gusto que no estuvieran las amigas de su hermana, cambia la costumbre e interviene el quizás fue para bien el cambio o quizás para mal.

Capitulo 4

Lo que vieron por la ventana

Para empezar no eran niños, al menos no todos; había niños pequeños, niños mayores, pero también padres y abuelos, quizá también algunos tíos.

-¿Quiénes son?-. Dijo Gretel, tan boquiabierta como solía quedarse su hermano últimamente. –qué clase de sitio es ese?-

-no estoy seguro.- dijo Bruno, sin faltar a la verdad- pero no es tan bonito como Berlín, eso sí lo sé. Gretel no quería seguir mirando, pero le resultaba muy difícil apartar la mirada, hasta entonces  lo uno que había visto era el bosque que estaba en dirección de su ventana. Parecía un poco oscuro, pero quizá mas allá había donde hacer meriendas campestres.

A primera vista no estaba tan mal, justo debajo de la ventana de Bruno había un jardín lleno de flores, mas allá de las flores había un bonito banco de madera donde Gretel se imagino sentada al sol leyendo y un libro. Unos seis metros más allá del jardín y las flores todo cambiaba: paralela a la casa discurría una enorme alambrada, con la parte superior inclinada hacia adentro que se extendía en ambas direcciones hasta donde se alcanzaba la vista. Era una alambrada muy alta, incluso más que la casa donde se hallaban los niños y estaba sostenida por gruesos postes de madera como los de telégrafos, en lo alto gruesos rollos de alambre de espino enredados formaban alambres. Gretel sintio un  escalofrió al ver las afiladas púas. Detrás de la alambrada no crecía hierba, de hecho a lo lejos no se veía ningún tipo de vegetación, el suelo parecía de arena y Gretel solo vio pequeñas cabañas y grandes edificios cuadrados, separados entre ellos y una o dos columnas de humo a lo lejos. Bruno se sentó en la cama y por un instante sintió ganas de que Gretel se sentara a su lado, lo abrazara y le dijera que todo estaría bien y que al final aquello acabaría gustándoles tanto que ya no querrían regresar a Berlín. Pero ella seguía mirando por la ventana y esta vez no contemplaba las flores ni el bando ni los postes de madera con alambre, ni las cabañas ni los pequeños edificios ni las columnas de humo, estaba mirando a la gente. Bruno y Gretel vieron asientos de personas ´pero había tantas cabañas y el campo se extendía hasta tan lejos, mas allá de donde alcanzaba la vista, que daba la impresión de que debía de haber miles. Su hermano se acerco a la ventana y mientras contemplaba aquellos millones de cientos de personas que trajinaban o deambulaban de lejos, reparo en que todos llevaban la misma ropa: un pijama gris de rayas y una gorra gris de rayas.

 Comentario: la pignoración o la inocencia de los niños hace dar cuenta que el campo de concentración era fincas o casa donde Vivian agricultores pero nada más lejos de la verdad sin embargo a su corta edad y la prohibición de alejarse de la casa, mantiene esa creencia.

Capitulo 5

Prohibido entrar bajo ningún concepto y sin excepciones

Solo se podía hacer una cosa, y era hablar con Padre. El coche oficial con las banderitas en el capo, los llevo a la estación de ferrocarril que tenía dos vías separadas por un ancho anden, a cada lado del andén se encontraba un tren esperando a que subieran los pasajeros, Bruno solo pudo ver brevemente a la multitud entonces el y su familia subieron a u8n tren muy cómodo donde viajaban muy pocos pasajeros, había muchos asientos vacios y entraba bastante aire fresco cuando bajaban las ventanillas, tuvo ganas de gritar a aquella gente que en su vagón aun habían asientos vacios, pero se abstuvo porque intuyo que aunque aquello no hiciera  fallar a madre seguramente pusiera furiosa a Gretel lo cual hubiera sido peor.

Bruno no había visto a su padre desde la llegada a la nueva casa, o había oído la retumbante voz de padre ni una sola vez, ni el sonido de sus pesadas botas en el entarimado de la planta baja. En cambio si había gente que entraba y salía y mientras trataba de decidir que era lo mejor que podría hacer Bruno oyó un alboroto proveniente de abajo, salió al pasillo y se asomo a la barandilla. Vio la puerta del despacho de padre abierta y a 5 hombres delante riéndose y estrechándose  las manos. Padre estaba en el centro del grupo, iba muy elegante con su uniforme recién planchado.

El niño miro ende redor. Su mirada se poso en la ventana situada en una esquina de la habitación y pudio divisar el espantoso panorama que había afuera. .-has hecho algo malo?-.   -¿Yo?.- dijo padre mirándolo con asombro- ¿Qué quieres decir? Has hecho algo mal en tu trabajo? –ya sé que todos dicen que eres un hombre importante y que el furias tiene grandes proyectos para ti, pero no te habría enviado a un sitio si no te hubiese tenido que castigar con algo.-

padre rio lo cual molesto aun mas a Bruno, no había nada que lo enfureciera más que un adulto, se riera de el por no saber algo sobre todo cuando él estaba esforzándose para averiguarlo.

-Veo que no entiendes la importancia de un trabajo como el mío- dijo padre.

-bueno pero si todos tenemos que irnos de una bonita casa, dejar a nuestros amigos y venir a un sitio tan horrible como este, no puedes haber hecho muy bien tu trabajo. Si has hecho algo mal deberías ir y pedir disculpas al furias pues a lo mejor así se arreglaría todo, a lo mejor si fueras muy sincero con él, te perdonaría

Capitulo 6

La criada con un sueldo excesivo

Unos días más tarde, Bruno estaba tumbado en su cama contemplando el techo; la pintura blanca producía un efecto muy desagradable a diferencia de la pintura de la casa de Berlín.

Un portazo en le pido de abajo resonó por toda la casa  como un disparo, fue tan fuerte que Bruno dio un respingo. Se oyeron los pasos de alguien que subía las escaleras con prisa, Bruno se acurruco en la cama y se pego a la pared, temiendo lo que pudiera pasar, conteniendo la respiración, asustado pero, solo era Gretel, Gretel se quedo mirándolo como si se hubiera vuelto loco. De pronto y sin motivo aparente Bruno sintió un súbito impulso de llorar, eso lo sorprendió incluso a él, salió despacio de la habitación pero en el pasillo acelero el paso y bajo la escalera a toda prisa porque tenía la impresión  de que si no salía de la casa inmediatamente se desmayaría. Unos segundos más tarde estaba afuera y hecho a correr de una puerta a otra el camino de la casa porque necesitaba moverse, hacer algo que lo cansara.

Capitulo 7

El día que madre se atribuyo el merito de algo que no había hecho

Varias semanas después de que Bruno llegara a Auchviz con su familia decidió que lo mejor que podía hacer era empezar una forma de distraerse o se volvería loco. Para mantenerse ocupado, Bruno dedico toda la mañana de un sábado a preparar un nuevo pasatiempo. A cierta distancia de la casa había un roble de tronco muy grueso, era un árbol alto con gruesas ramas capaces de soportar el peso de un niño. Solo había dos cosas que Bruno necesitaba para su nuevo pasatiempo: unos trozos de cuerda y un neumático. Encontrar la cuerda fue fácil, pues en el sótano de la casa almacenaban varios rollos, el neumático ya era otra cosa.

Aquella mañana ni madre ni padre estaban en casa; como de costumbre había muchos camiones militares cerca de la casa, cuando salió de lasa vio a Gretel hablando con el teniente kotler y sin mucho entusiasmo decidió que él era la persona idónea. Kotler lo miro fijamente, entonces vio a Pavel (al anciano que por las tardes acudía a la cocina a pelar las hortalizas para la cena  antes de ponerse la chaqueta blanca y servir la mesa) dirigiéndose hacia la casa y por lo visto se decidió.

-Eh, tú –grito-ven aquí-. Pavel fue hacia ellos y el joven oficial le hablo con insolencia pese a que podría haber sido su nieto.-Lleva a este jovencito al almacén que hay detrás de la casa, veras unos neumáticos viejos, , que elija uno y tu se lo llevas donde el te diga. ¿Has entendido?. Pavel sujeto su gorra con ambas manos y asintió agachando la cabeza más aun habitualmente de lo que la agachaba… Pavel dio media vuelta y guio a Bruno hacia el almacén.

El accidente se produjo dos horas después de que Bruno  hubiera encontrado el neumático; Bruno había trepado y bajado, hasta ese momento toda la operación había sido un éxito; por fin instalado en el centro del neumático empezó a columpiarse como si no tuvieran ni una sola preocupación, sin importarle que fuera uno de los columpios mas incómodos en que se había sentado jamás. Luego se tumbo boca abajo sobre el neumático y se dio impulso con los pies contra el suelo. Cada vez que el neumático se balanceaba hacia atrás, Bruno alcanzaba a tocar el tronco de un árbol con un pie, lo que le permitía impulsarse para elevarse más rápido y más alto. Aquello funciono muy bien hasta que, de pronto, resbalo del neumático justo cuando intentaba darse un nuevo impulso y cayó de bruces al suelo, produciendo un ruido sordo.

Todo se volvió negro, pero al punto recupero la visión y se incorporo. En ese momento el neumático oscilaba hacia atrás y le golpeo la cabeza. El niño solo soltó un grito y se parto de su trayectoria. Cuando por fin logro ponerse en pie, le dolía mucho un brazo y una pierna, pues e había caído sobre ellos, aunque no creía que estos estuvieran rotos. Se miro la mano y la vio cubierta de arañazos y en el codo se había hecho un buen rasguño. La pierna le dolía más que el brazo y cuando se miro la rodilla, que asomaba justo debajo de sus pantalones corto, vio un ancho corte que parecía estar esperando a que Bruno lo descubriera, pues en ese instante la herida empezó a sangrar profusamente. 

Bruno se mordió el entrecejo y se mordió el labio con nerviosismo mientras Pavel le limpiaba la sangre de la herida y luego le aplicaba otro paño y presionando unos minutos. Cuando retiro el paño con cuidado la herida había dejado de sangra, entonces agarro una botella con un liquido verde del botiquín y le dio unos toques en la herida, que a Bruno le escocieron bastante y le hicieron decir varios “ay”.

-le contaras a madre lo que ha pasado?- pregunto Bruno que llevaba unos minutos cuestionándose si lo considerarían un héroe por haber sufrido un accidente o un granuja por haber construido un artilugio peligroso.

Bruno oyó la voz de madre fuera. Pavel se puso de pie en un brinco y volvió al fregadero con las zanahorias, el pelador y el periódico lleno de pieles, le dio la espalda a Bruno agacho la cabeza y no volvió a hablar.

-se puede saber que te ha pasado?- pregunto madre cuando llego a la cocina y se inclino para mirar el apósito que cubría la herida de Bruno; el niño explico lo sucedido mencionándole que Pavel lo había curado.

Antes de subir al piso de arriba oyó lo último que madre le dijo al camarero, -si el comandante pregunta algo diremos que yo cure la herida de Bruno.

Capitulo 8

Porque la abuela se marcho furiosa

Las dos personas de Berlín a quien más añoraba Bruno erran los abuelos, vivían en un pisito cerca de los puestos de fruta y verduras y aunque aparentaban una edad eran mucho mayores.

La abuela aparentaba una edad mucho menor  a la que tenía, siempre solía cantar en las reuniones y ella era precisamente quien alegraba las navidades. Desde que los niños eran pequeños ella siempre les confeccionaba trajes para que realizaran una obra de su autoría y en compañía de ella.

El dia de navidad padre se puso el uniforme nuevo el almidonado y planchado que ahora llevaba todos los días y las familia al completo lo aplaudió cuando hizo su primera aparición vestido de esa guisa. Era verdaderamente especial hacia que destacara entre los otros soldados que entraban y salían de la casa y daba la impresión de que ellos lo respetaban mas desde que llevaba su uniforme nuevo, madre se acerco a el, lo beso en la mejilla y le paso una mano y le paso una mano por la parte delantera de la chaqueta.

El abuelo se mostro muy orgullosos de su hijo cuando lo vio con su nuevo uniforme. La abuela era la única que no parecía impresionada, ella se sentó en una buraca y miro a padre sacudiendo la cabeza, como si su  hijo le hubiera dado un tremendo disgusto.       

Capitulo 9

Bruno recuerda que le gustaba jugar a los exploradores

Unos días más tarde, Bruno a solas en su habitación, empezó a pensar en todo aquello que le gustaba hacer en su antigua casa y que no podía hacerlo en auchviz. La mayoría de las cosas no había podido hacerlas porque no tenía amigos con quien divertirse y Gretel no jugaba con el. Pero había una cosa que si podía realizar solo y que siempre hacia en Berlín. Jugar a los exploradores.

No tenía sentido explorar dentro al fin  ya la cabo aquella casa no era como la de Berlín, que tenia cientos der rincones y extraños cuartitos, por no mencionar los cinco pisos. Aquella casa era malísima para explorar si quería hacerlo debía saldría afuera.



Capitulo 10

El punto que se convirtió en una manchita, que se convirtió en un borrón, que se convirtió en una figura, que se convirtió en un niño

Capitulo 11

el furias

Capitulo 12

Shmuel busca una respuesta a la pregunta de Bruno

Capitulo 13

La botella de vino

Capitulo 14

Bruno cuenta una mentira muy razonable

Capitulo 15

Una cosa que no debería haber hecho

Capitulo 16

El corte de pelo

Capitulo 17

Madre se sale con la suya

Capitulo 18

Como se ideo la aventura final

Capitulo 19

Lo que paso el día siguiente

Capitulo 20

El ultimo capitulo

Después de aquello nada volvió a saberse de Bruno, varios días mas tarde después de que los soldados hubieran registrado l0s alrededores y recorrido los pueblos cercanos con fotografías del niño, uno de ello encontró el montón de ropa y las botas que Bruno había dejado junto a la alambrada. No toco nada y corrió en busca del comandante, este examino el lugar y mira a derecha e izquierda tal como había hecho Bruno, pero no logro explicarse que le había pasado a su hijo. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra dejando solo su ropa. Madre no regreso a Berlín sino espero noticias de Bruno, por un momento pensó que él  había regresado a casa y estaría esperando en la puerta.

Padre se quedo en Auchviz y elaboro una teoría acerca de lo que había podido ocurrir y volvió donde un año atrás habían encontrado la ropa de su hijo, aquel lugar no tenía nada distinto, pero se dio cuenta de que había suficiente espacio como para que un niño lograra cruzar, en ese momento fue difícil sostener su cuerpo. Unos meses más tarde llegaron otros soldados y ordenaron a padre que los acompañara y así lo hizo, ya que en ese momento no le importaba lo que le hicieran.    

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